¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?: un ejemplo de cyberpunk en la literatura y el cine

Escrito por: Silvia Torres Morán

Ilustración por: Mariel Verónica Urquidi Campuzano

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Es una novela de corte Sci-Fi escrita por Philip K. Dick, donde, como consecuencia de una guerra química, la Tierra ha muerto; por consiguiente, los pocos sobrevivientes han emigrado a Marte, se han quedado en la Tierra al no ser lo suficientemente aptos o por ser inaceptables biológicamente para colonizar el planeta rojo. Los habitantes de la Tierra siguieron con sus vidas tal y como dicta el mercerismo (religión que marca a la nueva forma de existir) y la rutina transcurre entre criaturas empáticas (humanos) y androides. En esta historia, conocemos a Rick Deckard, un agente de policía de la ciudad de San Francisco durante 1992, cuyas ilusiones se han visto mermadas por el entorno sociocultural actual. La única aspiración del protagonista consiste en poder comprar un animal biológico (oveja)[1], el cual permitirá crear la visión de que él es un ser empático con cierto estatus dentro de este mundo desarmado. Su vida, sin embargo, se torna compleja cuando se le asigna la misión de búsqueda y “destrucción” de una serie de androides (andysNexus 6) fisionómicamente iguales al ser humano, mismos que han desarrollado emociones y conciencia.

En 1982, Ridley Scott se basó en el texto de Dick para crear Blade Runner, filme catalogado dentro del cine de culto, cuya temática es un símil basado en la novela. Esta historia es sólo un tenue reflejo de la complejidad que encontramos en la obra literaria (puesto que se omite la crítica religiosa). Dentro de esta versión, el relato se ubica de igual forma en una distopía futura (2019)[2] en la ciudad de Los Ángeles y Rick Deckard figura como agente de policía o Blade Runner, designado desde luego a “retirar” a los replicantes (androides/ Nexus 6) de la Tierra. Estos personajes eran utilizados como esclavos en las colonias espaciales, pero dada la similitud intelectual que compartían con los humanos y algunos motines generados por los mismos androides, fue necesario retirarlos, castigándoles bajo pena de muerte si es que ingresaban al planeta azul.

Para la comprensión de estas historias es importante señalar que el cyberpunk es una corriente literaria que surgió dentro del paisaje mediático expansivo de las décadas de los 80’s y 90’s. La estética del cyberpunk usó  la ciencia ficción para desdoblar realidades situadas en el futuro con base en las prácticas tecno digitales y sociales del presente.[3] En estas utopías, los protagonistas son una suerte de antihéroes que pertenecen a los sectores más marginados de las sociedades futuristas.[4] Nos hacen testigos de los avances científicos y tecnológicos de forma negativa, ya que son en mayor medida causa de la problemática que aqueja al mundo. En el  cyberpunk se contrarrestan las ventajas y la perfección en la que unos cuantos individuos viven, mientras otros son excluidos a la espera de desaparecer a causa de la dominación de cada uno de los sujetos y la comunicación virtual. Los personajes principales, además, lidian frecuentemente con una situación social desfavorable, en la que son inadaptados y son perseguidos por la autoridad que implementa el orden colectivo. Sin embargo, son los inadaptados de ideas subversivas a lo establecido, los que lucharán contra el sistema para mostrar la falsedad de su cultura en vano.

Los personajes del cyberpunk clásico eran perdedores alienados, marginalizados, quienes vivían al borde de la sociedad en futuros generalmente distópicos donde la vida diaria era impactada por cambios tecnológicos rápidos, una datosfera ubicua de información computarizada, y una modificación invasiva del cuerpo humano.[5]

En ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, es muy claro que la tecnología ha alcanzado los límites de la imaginación. Esto se evidencia en el cambio estético y visual de las grandes metrópolis. El cyberpunk, al igual que la novela de Dick, se desarrolla en grandes urbes (San Francisco y Los Ángeles respectivamente) densamente pobladas o virtualmente vacías que mezclan arquitectura del siglo XX y arquitectura aún no creada. Los Nexus 6 son el ejemplo de la inteligencia artificial, la cual necesariamente posee una mezcla de elementos mecánicos y humanos (cyborg); es obvio que la tecnología es la causa del fin de la Tierra y estos androides son la última reminiscencia de la ciencia.

Tanto en la novela como en el filme, es una tarea compleja la de identificar a estas criaturas porque son humanas a simple vista. Recordemos al personaje de Rachel, ese por el que Deckard se deja deslumbrar y seducir en ambas historias, es tan parecida a nosotros que desconoce su verdadera naturaleza. Es necesario aplicar entonces, el test Voight-Kampff, test de empatía el cual pone a prueba las respuestas, el tiempo para responder y las emociones del sujeto para poder discernir a los humanos de los Nexus 6. Estos personajes, no sólo son capaces de sentir, sino que pueden soñar, son conscientes de ellos mismos y de su situación de esclavos, a pesar de esto, lo único que no han desarrollado es empatía, por lo que son crueles. Rachel en un arrebato de locura, decide degollar a la cabra que Deckard adquirió, aunque también es capaz de acercarse al arte y vivir experiencias estéticas; Pris, en Blade Runner, tortura a una araña, a pesar de la importancia que tiene la poca vida animal que aún se encuentra en el planeta. En cambio, los humanos, se enfrentan a una dudosa humanidad la cual está totalmente mediada por la tecnología, además requieren regular sus propias emociones a través de máquinas como el Órgano de Ánimos Penfield.

            La novela, nos muestra a una cultura subyugada a un centro de poder que es la base de comunicaciones del mercerismo, o en el caso de Blade Runner, la corporación Tyrell. Ambas son potencias que ni siquiera intentan camuflarse en la sombra, sino que ejercen un poder visible y tiránico sobre la sociedad. El culto mercerista requiere de una caja de empatía para fusionarse con Mercer (profeta y divinidad) la cual posibilita el acceso a una red colectiva de emociones para sobrellevar la desolada realidad en la que se encuentra el mundo. Algo así como emociones paliativas, momentáneas y colectivas.

Las problemáticas suscitadas en la novela y el cyberpunk también incluye la revisión de la destrucción del medio ambiente. Literalmente nos encontramos frente a un planeta destruido, contaminado, sin vegetación y fauna. Los humanos que aún habitan el lugar, viven en ciudades visiblemente abandonadas, similares a ruinas. Como se mencionó anteriormente, el planeta Tierra ha quedado destruido tras la Guerra Mundial Terminal, evento del que se sabe poco respecto a causas, motivos y participantes. Las detonaciones atómicas que se dieron en este tiempo crearon como consecuencia al polvo, es decir un cúmulo de polvo radioactivo que aniquiló a la biodiversidad de la Tierra, haciendo a las pocas especies sobrevivientes algo exclusivo de ciertos niveles sociales. En cambio, aquellos que no tienen dinero para permitírselo adquieren copias electrónicas, casi indiferenciables de los animales reales, pero sin ningún valor real. Otro conflicto generado a partir del descuido del entorno es el kippel u objeto inútil que se acumula. Aquellos sujetos que aún habitan la Tierra y no viajaron para colonizar Marte, son inaceptables biológicamente. La Organización de las Naciones Unidas en la ficción, ha otorgado un esclavo Nexus 6 a los colonos, con el fin de hacer su vida más simple.

En la ciencia ficción una de las principales ideas es cuestionar la capacidad humana frente a estas maravillas del progreso. Es una narrativa que busca crear duda ante nuestro mundo, su organización social, nuestras emociones, el uso adecuado de la tecnología y con qué fines la utilizan. El cyberpunk en específico nos muestra el lado oscuro de ese avance científico, constatando que somos capaces de virar nuestro camino al final del mundo gracias a las prácticas egoístas individuales y a los intereses autoritarios del neoliberalismo que comandan unos pocos.

El lenguaje de la literatura toma parte en la crítica hacia la realidad y la transforma en una fantasía que no es ajena. Esto plantea la hipótesis de nosotros ante un mundo en circunstancias específicas pero extraordinarias en las que el cotidiano ha sido alterado por la fuerza del desarrollo. Además, la ciencia ficción nos ofrece posibilidades ilimitadas sobre nuestra realidad y otros mundos, estos en los que seres, culturas y civilizaciones se construyen y permean de las ilimitadas facilidades que brinda la ciencia y la tecnología. Narrativas como ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y Blade Runner hacen uso de los avances tecnológicos en un ambiente futurista para configurar nuevas imágenes y entornos, creando escenarios y atmósferas estremecedoramente plausibles. Este género nos abre los ojos ante las verosimilitudes y casualidades que podemos compartir con historias distópicas y futuristas, adentrándonos en nuevos mundos sin abandonar el nuestro. Cualquier habitante del 2021 puede relacionar las problemáticas de la novela con su día a día, ya sea por la dependencia a la tecnología, la sobreexplotación del planeta, o la cotidianidad pandémica. El futuro se nos muestra como una novela en la que perdemos nuestra humanidad y los androides sueñan con ovejas eléctricas.

REFERENCIAS

Dick, Philip. ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?. México: Minotauro, 2017.

Dozois, Gardner. “Science Fiction in the Eighties”. The Washington Post, Diciembre 30. 1984. (Consultado en diciembre de 2019).

https://www.washingtonpost.com/archive/entertainment/books/1984/12/30/science-fiction-in-the-eighties/526c3a06-f123-4668-9127-33e33f57e313/.

Murphy Graham. “Cyberpunk Urbanism and Subnatural Bugs in BOOM! Studios´ Do Androids Dream of Electric Sheep?”. En Cyberpunk and Visual Culture. 1st ed. New York: Routledge, 2018. 35-54.

https://doi.org/10.4324/9781315161372.

Person, Lawrence. Notas para un Manifiesto Postcyberpunk. Void Rizoma. 1999. (Consultado en diciembre de 2019).

https://rizomamutante.wordpress.com/2013/05/23/notas-para-un-manifiesto-postcyberpunk/.

 

[1]              Graham Murphy. “Cyberpunk Urbanism and Subnatural Bugs in BOOM! Studios´ Do Androids Dream of Electric Sheep?”, en Cyberpunk and Visual Culture, p.37.

[2]              La fecha en la que la historia del filme se sitúa es: 20 de Noviembre de 2019, es decir, la historia ya no estaría representada en el futuro.

[3]              Gardner Dozois, “Science Fiction in the Eighties”, The Washington Post.

[4]           Idem.

[5]           Lawrence Person“Notas para un Manifiesto Postcyberpunk”.

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