Autor: María Alejandra Santovenia Sardón
I
Haces de luz atraviesan la ventana;
la promesa de un mundo,
el augurio del día,
pasos extraviados,
sonrisas aleatorias
queman su cuerpo,
surgen las llagas
que sólo curan
el silencio y la oscuridad.
II
Un ser abre los ojos a la Tierra,
camina por el tiempo,
camina por mandas de rostros,
por persistencias de días.
Nunca se detiene.
Ningún lugar es adecuado.
Ningún rostro es familiar
y se pregunta
si fue hecho para este mundo
o si su verdadera existencia lo espera en otro.
III
Pensé en el cuchillo
que atravesó mi carne.
Pensé en la habitación oscura
donde muere mucho más que luz.
Pensé en la soledad impaciente
y en sus muchos hijos.
Pensé en el cuerpo inerte
y el alivio de los ojos cerrados,
pero fue un sueño.
Quizá una canción.
Quizá un poema.
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