Escrito por: David Alejandro Pimentel Quezada
Ilustración por: Alan Fernández Cervantes
I.
Abraxas teme a los dioses con formas humanas,
su cuerpo es un gallo muerto, asfixiado por serpientes.
Encontró sus partes sobre basura
en una granja industrial.
II.
Abraxas odia los transportes públicos,
escupe los asientos del metro en la oscuridad.
No sabe llegar tarde. El despertar es un graznido en la frialdad de los ofidios.
Adorna su cuello con corbatas de seda oriental
y se aprieta el pantalón para salir al mundo.
III.
Abraxas es un obrero asalariado
explotado por empresas trasnacionales,
le reza a un dios que no lo escucha sino en sueños.
La jornada diaria desgasta y desdibuja su apariencia irreal en el mundo moderno.
Escribe poemas en ratos libres,
abre el refrigerador y destapa una Coca Cola.
IV.
Abraxas teme a los trasplantes.
El material quirúrgico es frío y siniestro,
la sensación de las vísceras ajenas:
brazos, piernas, cabeza.
Recortan la piel, definen su cuerpo.
Él se levanta y mira al espejo,
otra imagen le responde desde el fondo.
V.
Abraxas teme a los gnósticos,
a los templarios que matan en nombre del Dios único.
Es famoso entre ocultistas y estudiosos de la Edad Media,
por ello teme reconocer algún día
una foto suya en alguna revista de moda.
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