Considero a los atardeceres como eventos sublimes ante la vida, ya que este fenómeno augura el final del día, muchas veces trayendo consigo un sentimiento de felicidad o alegría; otras veces de nostalgia y tristeza puesto que es el punto que nunca más se repetirá, volverá quizá, tal vez en otra forma, si tienes suerte en tu memoria. Pero eso te hará ver y valorar, que no hay otro momento más en tu ahora, que cada segundo, ruido, respiro y pestañeo lo conforma y le da un valor inimaginable, sin percatarnos de que la vida forma parte de ello, ya que la velocidad a la vivimos, muchas veces no nos deja tomar ese respiro.